Los estudiantes son percibidos, no sólo como seres que participan cognitivamente en las clases, sino como personas que poseen afectos y que tienen vivencias particulares.
De hecho, se les concibe como personas totales no fragmentadas Los estudiantes viven un proceso de interacción a nivel personal e interpersonal, desarrollando habilidades que les permiten compartir, tolerar, entender e interactuar de una manera crítica, en situaciones reales.
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